La acuarela es una técnica sumamente difícil, al menos para dominarla bien. No sólo supone el mezclar bien los colores, el controlar los procesos de secado y jugar con la arbitrariedad de las aguadas en sus extensiones en húmedo sino que requiere un hábil manejo del pincel.Da igual que el lápiz lo domines muy bien, pero si no dominas el pincel de la misma manera, verás cómo tus obras se van al traste porque las paredes no te saldrán rectas, o las ramas perderán su gracia, por no decir que las personas aparecerán grotescas y bastas, sin gracia ni soltura.
Yo soy dibujante. Como tal elaboro primero un buen boceto a lápiz de mis acuarelas y luego practico con el pincel (hasta que algún día llegue a conseguir lo que con el lápiz!). Pienso que la base de la acuarela es el dibujo. Esto lo olvidé en los últimos años y aunque me saliera un "buen" cuadro, con un buen efecto, una buena mancha,... la mayoría fallaban en el dibujo.
Así que fui a una papelería, me compré un cuaderno de media cuartilla (con las hojas amarillas, como podéis observar, no es que tengan hepatitis!) y un portaminas (de mina gorda) de los de antes, de los que aprietas por detrás para ir sacando la mina y para afilarla se utiliza el interior de la tapa. Y con este sencillo equipamiento, en cualquier lugar puede uno practicar la técnica del bosquejo. Un taller muy recomendado para todo aquel que quiera "meterle mano" luego a la acuarela (y pasar un buen rato).
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